Politización de la Justicia

La Justicia emana del pueblo (art.116 de la Constitución española de 1978).Pero el pueblo asiste atónito a la suerte de una Justicia secuestrada por los políticos y no percibe ser origen de esa Justicia.

Durante más de 5 años un partido político, el PP, obstruyó y bloqueó la renovación de los miembros del Consejo General del Poder Judicial, el órgano que gobierna los jueces.Lo llevó a cabo deliberada y torticeramente. Llevando la situación al límite exigió modificar la forma de  designación de los jueces para acceder a la obligada renovación.La UE , que no tiene competencias sobre el particular, fue llamada a arbitrar en la contienda y aplicó la lógica: primero renueven a los jueces y magistrados caducos y luego pacten cambiar el régimen de designación de los jueces.El PSOE lanzó un ultimatum, que solo era un farol político, y arrancó del PP un acuerdo en Bruselas para deshacer el bloqueo y repartirse los asientos en el CGPJ (10 cada Partido político con mayoría en el Congreso).Ninguno de los 20 jueces renovados ha sido elegido, pero los 20 elegirán a su Presidente que es, a la vez, Presidente del Tribunal Supremo y deshará los empates.El pueblo quiere que sean independientes, inamovibles, responsables y sometidos únicamente al imperio de la ley(art.116 CE), pero el requisito constitucional no se cumple porque esos jueces de gobierno son nombrados por los Partidos políticos y se someten a los deseos políticos y a la voluntad ideológica de los Partidos que los nombran. En el CGPJ hay dos bloques que se reparten el poder judicial, el de los conservadores y el progresista.Así ha sido, así se ha dado lugar a la prórroga de la caducidad y así seguirá siendo.

El PP ha recibido el pacto de renovación con la euforia cínica de haber conseguido lo que llaman garantizar la independencia de los jueces; el PSOE lo ha celebrado como un triunfo de la Democracia y propio por haber conseguido obligar al PP a cumplir la Constitución.Fanfarria y pandereta, el CGPJ estaba bloqueado, todos sabemos por quién, y lo que se corrije tardíamente no merece fiesta ni trompetas de gloria.Los dos partidos utilizan políticamente el acuerdo.

El contenido del acuerdo es prolijo y complejo.Tiene varias lecturas.A primera vista pareciera que ganó el PP por 2-1, pero no es así.Se puede leer como 2-0 PSOE , y se puede leer nada de nada.Hay 20 nuevos nombres y una promesa de someter al Congreso una Ley orgánica ,redactada por el nuevo CGPJ que modificará el estatuto judicial ( la LOPJ ) y el estatuto del Ministerio Fiscal, acabando con las puertas giratorias y fijando incompatibilidades.El pueblo sigue atónito, mero expectador.

Se ha pactado un mecanismo para salir ambos partidos contentos y cantar victoria, cambiando algo para que todo siga igual.

Porque la nueva Ley Orgánica de Reforma irá al Congreso y allí habrá de ser aprobada o no.El acuerdo de redacción no es vinculante.Y los extremos que se aprueben pueden ser secundarios y no conducir al nombramiento de los jueces por los mismos jueces ( están pendientes 94 nombramientos), sino a un estudio en sede parlamentaria con mociones alternativas.Si en el Congreso y en el Senado el pulso político impide la reforma del sistema vigente, eso dejará todo como actualmente está, a saber, los jueces y magistrados que componen el CGPJ son elegidos conforme determina el art.122.3 CE y  los arts.111-114 de la LOPJ.Y las propuestas de designación las hace el Congreso de los Diputados y un número de vocales son elegidos por el Congreso y el Senado, es decir, por las Cortes Generales donde se sientan los representantes del pueblo. Se haga lo que se haga, mecanismos ingeniosos aparte, será necesario cambiar la CE y la LOPJ .Lo conseguirá el PP cuando consiga la mayoría absoluta en el Congreso.Entretanto, Pedro Sánchez gana tiempo para conservar su actual coalición de gobierno, que le da la mayoría en la Cámara .

Y en definitiva detrás de las políticas , de las designaciones judiciales de tinte conservador o progresista, de las asociaciones ( ideológicas) de jueces, del uso de las resoluciones judiciales con fines políticos ( lawfare) y, sobre todo, de la influencia y vinculación de los dos principales partidos políticos con los órganos judiciales, allá al fondo y sin que apenas se le vea hay un letrero constitucional que reza LA JUSTICIA EMANA DEL PUEBLO.

El bipartidismo es el autor del acuerdo de renovación, pero hasta que no se saque a los jueces de la política, prohibiendo las asociaciones ideológicas, sancionando severamente las imcompatibilidades, puertas giratorias y demás conductos contaminadores no se conseguirá lo que el pueblo pide en la CE : jueces independientes, inamobibles, responsables y sometidos unicamente al imperio de la ley. No hay que cambiarla, sino cumplirla.

Y la película que están vds.viendo es una realidad que nada tiene que ver con la Justicia, sino con las herramientas de las leyes y de la politica para que siga el presente desorden. Decia W.Goethe » prefiero la injusticia al desorden» .Una frase terrible, no?.